¿Cómo se define el duelo?
El duelo es una experiencia muy amplia y compleja. En psicología, este concepto incluye todos los estados mentales y sentimientos provocados por acontecimientos más o menos esperados que provocan un cambio en la vida de la persona mediante la pérdida de algo, y un fuerte impacto psicológico generando un profundo sufrimiento.
Por lo tanto, el duelo no siempre está vinculado a la muerte real de una persona, sino que también puede ocurrir como consecuencia de una separación o un abandono: por ejemplo, una separación geográfica, la pérdida de un trabajo, la interrupción de un vínculo significativo, de una perspectiva, etc. de nuevo un fracaso personal, una pérdida de la propia imagen social.
El duelo como acontecimiento de vida y búsqueda de sentido.
Las pérdidas relativas, como las separaciones, o las pérdidas absolutas, como los duelos, son los principales acontecimientos en los que las personas se esfuerzan por mantener intacta su estructura identitaria en la medida de lo posible. Por tanto, intentan mantener su sentido de coherencia y continuidad interna, a pesar de la pérdida de un elemento importante que los definía.
La búsqueda de significado guía toda la existencia de cada ser humano, y es en el duelo que todos los significados alcanzados hasta ese momento corren el riesgo de perderse. Precisamente por esta razón, el duelo implica encontrar un nuevo significado a la experiencia, permitiendo luego al individuo definir nuevos roles y objetivos de vida.
El proceso de duelo:
Este es un proceso que a veces resulta muy exigente para la persona: veamos sus características.
¿Cuánto dura el duelo?
El duelo es un período de dolor de duración variable, que necesariamente hay que atravesar para restablecer un nuevo equilibrio. Cada individuo tiene su propia manera de experimentarlo y reaccionar ante ello. Normalmente, cuando empiezas a sentirte mejor, aparecen lo siguiente:
mejora del estado de ánimo y problemas psicosociales;
el estado de aceptación que favorece el desarrollo de nuevas conductas encaminadas a alcanzar metas y/u objetivos que aún pueden ser perseguidos.
Esto generalmente ocurre dentro de los 18 meses, pero puede ocurrir que la persona quede estancada en esta fase del duelo que, en este caso, se definirá como patológico o no resuelto.
La fase aguda del duelo debería durar –aproximadamente– seis meses.
El procesamiento del duelo suele desarrollarse a través de fases que conducen a su superación. Veamos cuáles son.
Fases de la tramitación del duelo
En la primera descripción de Lindemann de 1944 se reconoció lo siguiente:
un estado inicial de shock e incredulidad
a lo que siguió uno de profundo pésame
y finalmente un proceso de resolución de ese duelo.
En la sucesión de estas fases, el individuo, para superar el duelo, experimentaba síntomas que podían incluir diversos tipos de trastornos somáticos, sentimientos de culpa por la persona fallecida o por las circunstancias de su muerte, reacciones hostiles, pérdida de sentimientos preexistentes. capacidad funcional y asunción de rasgos de comportamiento típicos del fallecido.
Las FASES DEL DUELO según Bowlby
Bowlby, retomando estos estudios en 1982, identificó 4 fases no lineales del duelo que caracterizan su procesamiento:
el primero de DESPERACIÓN AGUDA en el que, aunque reconoce cognitivamente el suceso, la persona lo rechazaemocionalmente, alternando manifestaciones de calma antinatural con arrebatos repentinos e intensos de ira;
la segunda fase es la del CASTIGO, en la que buscamos a la persona fallecida y experimentamos un fuerte dolor por su pérdida. Esta experiencia se asoció frecuentemente con síntomas físicos con altos niveles de excitación y estados de alarma y agitación;
la siguiente fase es la de DESORGANIZACIÓN en la que la persona puede sentirse deprimida y apática, convencida de que los esfuerzos realizados para recuperar a la persona desaparecida son inútiles. Se inicia entonces un proceso de revisión de uno mismo y de la situación, que puede llevar a distanciarse de amigos y familiares;
en la última fase, la de REORGANIZACIÓN, se inicia la aceptación definitiva de la pérdida y un nuevo modelo de vida.
Aunque con el tiempo muchos otros estudiosos se han comprometido a conceptualizar el proceso de duelo según fases o etapas, la teoría más extendida y conocida sobre el proceso de duelo sigue siendo la de Elisabeth Kübler Ross (1969), quien afirmó que las fases durante el procesamiento podrían coexistir, superponerse, retroceder entre sí o incluso no ocurrir en absoluto