Cómo reconocer los rasgos de las personas tóxicas
actitud nerviosa
Hay personas a las que les encanta actuar como profesores en todas las situaciones. Se rompen con facilidad y presentan una actitud constantemente nerviosa. La mayoría de las veces quieren mantener a todos bajo control alzando la voz. Suelen rodearse de personas inseguras y con un bajo nivel de autoestima.
siempre tienen razon
No importa cómo ni cuándo… Pero siempre tienen razón.
Siempre insisten en convencer a los demás de que su punto de vista sobre cualquier tema es la única verdad absoluta. Son capaces de hacerte sentir culpable e intelectualmente inferior al pensar lo contrario de lo que ellos piensan.
no paran de quejarse
Todo lo que pasa es un gemido continuo. Esta es una de las características más extendidas de las personas tóxicas y dañinas. Son muy negativos y capaces de infectar rápidamente a todos los que los rodean.
Hablan a tus espaldas
Es importante recordar siempre que denigrar a alguien a sus espaldas es una conducta muy frecuente en personas tóxicas y dañinas. El intento también es ponernos en contra de las personas de las que hablan.
critican mucho
No dejan de criticar constantemente las opiniones e intereses de los demás, además de estereotiparlos.
Usan sarcasmo y son cínicos.
Las personas dañinas suelen utilizar frases sarcásticas, para aludir siempre a alguna carencia. Sin embargo, el propósito de su sarcasmo es destruir tu autoestima y hacerte sentir inadecuado.
Simpatizan demasiado rápido
Algunas personas dañinas suelen tender a “hacer amigos” demasiado rápido. De hecho, es muy común que, tras unos días de conocer a alguien, lo considere su nuevo “mejor amigo”. Esto se debe a su enorme inseguridad, que impulsa la búsqueda constante de simpatía. Puede parecer paradójico, pero la verdad es que son personas sumamente inseguras. Necesitan ser aceptados y reconocidos constantemente por los demás, para sentirse un poco más seguros.
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LOS ENVIDIOSOS
Muchos estudios han confirmado que, en la mayoría de los casos, la envidia surge de una baja autoestima y de un sentimiento de insuficiencia.
Sin embargo, estar en contacto con personas envidiosas puede arruinarnos la vida. Las personas envidiosas pasan sus días pensando en lo que otros tienen y ellos no pueden tener. Sienten mucho odio por el éxito de los demás y arden de ira y resentimiento, tanto que llegan a odiar la felicidad de los demás.
La insatisfacción perenne es el sentimiento que infesta su mente. En realidad, tienen poco interés en sus objetivos. Lo que les interesa es más bien el fracaso de los demás.
Cómo lidiar con los envidiosos
Ser consciente de que la envidia de una persona siempre tiene su origen en la inseguridad y la falta de autoestima puede ayudarte a ser más comprensivo y cambiar tus reacciones cuando muestra hostilidad hacia ti.
Sin embargo, no es fácil gestionar estas personalidades tóxicas. La mayoría de las veces, simplemente no cambian, cualesquiera que sean las tácticas que utilices para desarmarlos o desactivar sus comportamientos hostiles.
Por supuesto, no necesitas a alguien que esté constantemente tratando de derribarte en la vida.
Probablemente sus inseguridades estén tan arraigadas que sólo la ayuda profesional podría ayudarles a cambiar su forma de interactuar.
Si su comportamiento es un obstáculo para tu vida y una vez que entiendes a quién tienes frente a ti, permítete cortar ataduras y recuperar la tranquilidad.
EL MANIPULADOR
El manipulador suele ser un narcisista que explota, degrada y hiere. En esta categoría de personalidades tóxicas se pueden incluir: familiares, amigos e incluso la pareja. Este tipo de persona tiende a alterar la realidad y trasladar responsabilidades y culpas a otros, en un intento de escapar de sus propias responsabilidades.
Básicamente existen tres tipos de manipulación.
Iluminación de gas
Es una forma muy peligrosa de manipulación psicológica. Quienes lo utilizan utilizan medios psicológicos sutiles para cuestionar su cordura. Por ejemplo, ante un hecho ocurrido o una evidencia, el manipulador se expresará de esta manera: “No sucedió”, “Lo imaginaste o lo soñaste”, “Estás loco”, etcétera. Esta es una táctica manipuladora muy insidiosa, porque erosiona peligrosamente tu sentido de la realidad. En consecuencia, socava tu autoestima y te hace sufrir pasivamente abusos y malos tratos.
Conversaciones sin sentido
Este tipo de manipulación maliciosa utiliza ríos de palabras para desorientarte. Te desvía, te desacredita y te confunde, haciéndote sentir culpable. Caer en esta trampa puede resultar muy perjudicial para ti y hacerte infeliz.
Así que cuídate. Trate de mantener sólo contactos breves si realmente es necesario.
gente toxica
Condicionamiento destructivo
Esta es también una forma destructiva de manipulación. El manipulador intenta influir en tus fortalezas, talentos y recuerdos felices con abuso, frustración y falta de respeto.
Utilizas formas veladas de comunicación, devaluando furtivamente las cualidades y características que alguna vez idealizaste. Sabotea tus objetivos y arruina tus momentos de ocio, así como fiestas y vacaciones. Incluso puede aislarte de amigos y familiares. Es una especie de “entrenamiento” con el tiempo para que tengas miedo de hacer las cosas que alguna vez hicieron que tu vida fuera plena.
Cómo manejar el manipulador.
Si sufres de baja autoestima, presta atención a tus debilidades. Fácilmente podrías convertirte en víctima de un manipulador, es decir, de una persona que tiende a controlar los hilos de tu vida.
Así que selecciona cuidadosamente a las personas con las que sales y deshazte de las personalidades tóxicas.
Recuerda que si revelas lo que te falta, quedarás a merced de los demás.
El manipulador intenta prometerte lo que más deseas. Por esta razón, cuanto más sepa acerca de tus necesidades, más dañino podrá ser para ti. Ten cuidado de tomar decisiones siempre con la cabeza.
EL VICTIMISTA
El victimario desafía toda lógica. En general desconoce felizmente la negatividad que transmite.
Se trata de una persona propensa a adoptar la actitud de víctima. El síndrome de Calimero es el ejemplo más llamativo de victimismo.
Es decir, aquella actitud psíquica por la cual la persona se siente víctima de las tramas adversas de su propio destino. Desafortunadamente, el estrés que estas personas ejercen sobre su cerebro tiene un efecto negativo y duradero.
Una investigación reciente realizada por el Departamento de Psicología Biológica y Clínica de la Universidad Friedrich Schiller en Alemania ha revelado que el contacto continuo con personas de este tipo provoca fuertes emociones negativas.
Te expone al riesgo de ser infectado por su enfermedad de vivir y no te hace pensar con claridad. Desafortunadamente, el victimismo es una actitud tanto auto como heterodestructiva e impide cualquier tipo de evolución relacional.
Cómo gestionar al victimario
Para gestionar mejor este tipo de personas tóxicas, necesitas una estrategia que te permita eliminar aquello que está fuera de tu control.
Establece límites. El victimario se queja y es negativo, porque se regodea en sus propios problemas sin centrarse en la solución. Quiere que otros se unan a su autocompasión para sentirse mejor consigo mismo.
Esto sólo podrás evitarlo poniendo límites y distanciándote cuando sea necesario.
EL AUTOCÉNTRICO
Las personas egocéntricas tienden a ver el mundo exclusivamente desde su propio punto de vista, sin dejar lugar a las opiniones de los demás. Son personas que se sitúan en el centro de atención en detrimento de los demás. No hacen más que hablar de sí mismos. Suelen ser discutidores y a menudo están enojados.
Una forma de comportamiento extremadamente egocéntrica puede evolucionar hacia un trastorno narcisista de la personalidad.
La peor situación surge cuando una persona egocéntrica intenta destacar, menospreciando su trabajo o sus características personales. Estas personas tienen una manera de hacerte infeliz.
Pero con sencillos trucos podrás gestionarlos.
Cómo gestionar al egocéntrico
No necesariamente, hay que interactuar con una persona egocéntrica. Por supuesto, la situación podría complicarse si hay que vivir con ella.
Sin embargo, con la calma adecuada y las estrategias más adecuadas podrás lograr preservar tu salud y equilibrio mental.
Así que equípate de buena voluntad y sigue estos pasos:
Cuando sienta que se avecina una avalancha de importancia personal, finalice la conversación diplomáticamente evitando el contacto visual, absteniéndose de hacer comentarios verbales y actuando desinteresadamente o molesto.
Evite alimentar su deseo de grandeza con elogios y confirmaciones. Podría aprovechar esto y devaluarte para demostrar su valía.
Pregúntate: “¿Esta persona realmente merece mi tiempo y energía?”… No te atormentes con una conversación estéril sobre sus últimos éxitos.
Sigue estos pasos y sobre todo aprende a reconocer las relaciones dañinas. Si se trata de un amigo o alguien con quien estás apegado emocionalmente, puede resultar difícil establecer límites. Recuerde, sin embargo, que el egocéntrico simplemente está obsesionado consigo mismo. Al principio puede que te atraigan, porque son personas que amenizan las conversaciones y la compañía, con su “GRAN CONOCIMIENTO”.
Pero si esto te perjudica y te hace sentir humillado y devaluado, tal vez sea hora de cambiar.
EL AGRESIVO
La persona enojada tiene muy mal genio. Se enoja por nada y tiene una cantidad infinita de ira reprimida en su interior.
Además, puede socavar los cimientos de cualquier relación.
Está bien desahogar tu ira, pero la persona enojada golpea a personas que no lo merecen, convirtiéndolas realmente en chivos expiatorios.
La ira, los gritos y las críticas negativas son señales claras de una personalidad tóxica.
Cómo gestionar el agresivo
Para garantizar que la relación no se convierta en una lucha de poder, la solución es tomar el control. ¿Como? Al negarse a competir…
Al elegir llevarte a un nivel diferente, automáticamente estás a cargo del juego, porque privas a la otra parte de la posibilidad de desafiarte.
De esta manera tampoco corres el riesgo de convertirte tú mismo en una persona dañina.
EL CRÍTICO
No es nada agradable sentirse insultado. La crítica no constructiva puede herir profundamente. Quienes habitualmente critican siempre están dispuestos a acribillar a los demás con juicios negativos y destructivos.
Es una persona muy dañina que nunca está feliz con los demás y, ante todo, no está feliz consigo mismo.
Cómo manejar al crítico
Aprende a cuidarte y reaccionar correctamente. Cuando alguien intente menospreciarte, afronta la situación pero no reacciones impulsivamente. Una reacción impulsiva te rebajará al mismo nivel que él.
Lo mejor que puedes hacer es ignorarlo. De esta forma evitarás perder tu tiempo y energía en alguien que no merece la pena. Recuerda que hay situaciones en las que el silencio es la mejor arma.
Cuando ignoras a una persona que te insulta, le estás negando el placer de recibir consideración y atención de tu parte. Así que actúa como si no te hubiera dicho nada.
Continúe haciendo lo que estaba haciendo sin siquiera mirarla.