Analiza las situaciones en las que se manifiesta esta timidez. Sal y cuando sientas emerger esta emoción, detente un momento y analiza la situación que la desencadena. Intenta anotar estos momentos, para reflexionar sobre ellos más tarde cuando la emoción haya pasado. La idea es que a partir de este análisis «podamos reprogramar» lo que sentimos y superar este momento de vergüenza.
Otros también existen. Hemos visto que entre las causas de la timidez también está el miedo al juicio de los demás, combinado con una obsesión por sentirse inadecuado y con una baja autoestima. Un ejercicio a hacer para combatir la timidez es centrarse en los demás a través de la empatía y la lógica. Podríamos descubrir así que la mayoría de las personas están ocupadas en sus pensamientos y librando su propia batalla y que no prestan especial atención a las cosas que hacen los demás, ni a cómo van vestidos, ni a si gritaron en medio de una cuadrado .
Piensa con confianza. Si le resulta difícil tener confianza en la práctica, comience pensando. Despierta cada mañana pensando en una situación que te avergüenza y planifica reaccionar con confianza resolviéndola. Despiértate con un pensamiento de éxito cada mañana para darte un poco de ánimo. ¿Sabes lo que dicen, informalmente, de que conducimos nuestra vida hacia lo que pensamos?
La postura es importante. Nuestros gestos, nuestra postura así como nuestras palabras y nuestros pensamientos son importantes para entender cómo nos relacionamos con el mundo. Según algunos estudios, mantener una buena postura (cabeza en alto, mirada al frente, hombros rectos) puede ayudarte a sentirte más seguro y reducir el estrés.
Practica hablar contigo mismo. Una vez que hayas descubierto qué es lo que te da vergüenza, puedes intentar practicar por tu cuenta, creando la situación y el discurso que te gustaría dar. Grabarte y volver a escucharte es el primer consejo que también dan a los periodistas de radio. De esta manera podrás darte cuenta de las fisuras en tu voz si hablas demasiado rápido o en voz baja y podrás trabajar racionalmente tu tono y comportamiento.
Mejora tu autoestima evitando comparaciones con los demás. Intenta hablar con alguien que parezca seguro de sí mismo, ya sea un familiar o un amigo, y descubrirás que cada uno tiene sus inseguridades. Compararse con los demás sólo aumentaría la timidez: no tiene sentido sentirse amenazado por personas que probablemente no tienen nada que ver con nosotros.
Identifica tus puntos fuertes y trata de aprovecharlos. Si eres una persona tímida, probablemente seas un buen oyente u observador, o una persona sensible. Utilice estas fortalezas para encontrar un papel dentro del grupo social. Y recuerda siempre que eres una persona increíble. Prepárese para situaciones sociales incómodas con mucha antelación. Si eres una persona tímida, puedes intentar informarte sobre el evento o aniversario en el que participas para intentar crear conversaciones importantes y que no te pillen desprevenido. Anota algunos apuntes y notas, que puedan ser útiles para romper el hielo. Si quieres recibir más información sobre el tema, puedes consultar nuestro listado de profesionales expertos en relaciones sociales.