¿Por qué el coaching puede ayudar a tu crecimiento personal y a tu negocio?
Cada vez hablamos más de Desarrollo Personal.
¡Por suerte diría! Porque por fin empezamos a darle importancia a la calidad y a cómo “mejorar tu vida” es la premisa necesaria para tener éxito en tu negocio (sea el que sea).
Pero, ¿puede el coaching ser también una herramienta de crecimiento personal?
Quizás te preguntes: “¿Qué tiene que ver el desarrollo personal con el coaching?”
Vayamos en orden y veamos primero qué es realmente el crecimiento personal y por qué puede ser útil para tu negocio.
¿Qué es el crecimiento personal?
“Deja que los demás lleven vidas pequeñas, pero tú no.
Deja que otros peleen por pequeñas cosas, pero tú no.
Deja que otros lloren por pequeñas heridas, pero tú no.
Deja que otros abandonen su futuro en manos de otra persona, pero no tú”.
(Jim Rohn)
El término crecimiento personal deriva del inglés «self-help», o mejor dicho self-help, e indica un camino que puede ayudar a mejorar tus habilidades duras y blandas y superar tus límites psicológicos, como miedos, preocupaciones, ansiedades e indecisiones; potenciando tus fortalezas y aumentando tu conciencia.
El crecimiento personal es un proceso mediante el cual aumentar las posibilidades de éxito profesional y personal, y es propio de personalidades con valores fuertes y decididos.
¿Coaching y Desarrollo Personal?
El coaching es una actividad profesional que, respetando plenamente la privacidad, puede ayudar al directivo, al ejecutivo, al profesional, al empresario, al deportista o a todo un equipo a conseguir y mejorar los resultados requeridos.
Debido a esta particularidad, muchos pueden pensar que el coaching no tiene como objetivo el crecimiento personal del individuo, sino la única consecución de uno o más objetivos. Pero el hecho de que el objetivo de superación personal no se haga explícito no significa que no pueda alcanzarse. De hecho, muy a menudo el logro de objetivos implica inevitablemente el desarrollo de habilidades sociales y cognitivas funcionales para la adquisición del objetivo en sí.
Esto, por tanto, refuta el paradigma típico de algunos formadores (incluidos los académicos) según el cual las personas aprenden sólo a nivel cognitivo y no experiencial. En efecto, en la formación, desde la más clásica entre los pupitres hasta la profesional o motivacional, se parte del supuesto de que un experto enseña un conjunto de conocimientos, más o menos complejo, y luego el alumno pasa a adquirir sus conocimientos. propia experiencia real de los conceptos estudiados.
El coaching, por otro lado, parte del supuesto de que, una vez definida una meta, la persona ya tiene el potencial para alcanzarla y que podrá aprender los conocimientos necesarios mientras avanza hacia su meta. .
Por tanto, en el coaching la persona mejora sus habilidades a través de la experiencia, por lo que es mucho más eficaz que la formación como herramienta de desarrollo personal.
Pero, ¿por qué el coaching es una herramienta tan poderosa en comparación con el entrenamiento motivacional por sí solo?
Hay muchos datos a disposición del público, las conclusiones de muchos estudios y análisis. Las mejores estadísticas aparecieron en 2002 tras un estudio de la Asociación Internacional de Gestión de Personal (IPMA) que mostraba cómo la productividad de las personas implicadas en la formación aumentaba aproximadamente un 22%, mientras que con el Coaching la mejora alcanzaba el 88%.
Por tanto uno de los muchos datos que demuestran que, junto a tu coach, puedes emprender un nuevo proceso que te permita combinar desarrollo personal, consecución de tus objetivos y autoeficacia.