¿Qué es el coaching emocional?
Las emociones, ya sean positivas o negativas, tienen un impacto importante en nuestra vida y nuestras actividades diarias. Sucede por tanto que influyen en el trabajo, las relaciones de pareja, el estudio o las relaciones sociales.
Detente y trata de pensar en ello.
¿Alguna vez has notado que cuando estás alegre y motivado, las cosas a tu alrededor van mejor? Al contrario, la tristeza hace que todo sea más pesado y complicado.
Sin embargo, para tener un enfoque ganador no es posible dejarse dominar por la emoción sino que es fundamental explotar el potencial inherente a la inteligencia emocional. Una herramienta preciosa en esta dirección es el coaching emocional, una línea de coaching que se centra en la gestión de la parte emocional del individuo.
Gracias al coaching emocional podrás afrontar mejor sentimientos como:
ansiedad;
miedo;
timidez;
agresión;
sentimiento de impotencia;
estrés;
trauma sufrido en la infancia;
dificultad para relacionarse con los demás;
sentimiento de insuficiencia;
falta de motivación.
De hecho, con demasiada frecuencia estos sentimientos provocan bloqueos que repercuten en el ámbito personal y laboral. Quienes acuden a un coach emocional lo hacen con la intención de aprender a conocerse a sí mismos y tomar conciencia de su propia sensibilidad, aprendiendo a gestionar las emociones.
Distinguir emociones «negativas» como la ira, el dolor o la frustración ayuda a ser más consciente. Esto también es importante en la dinámica de grupo, donde una actitud de oposición o enojo podría dañar el equilibrio o el trabajo del equipo.
Durante las sesiones de coaching emocional, el coachee (el cliente) recupera la autopercepción y encuentra su propio equilibrio. Aprende de dónde vienen las sensaciones que siente y entiende cómo remodular el proceso emocional.
¿Qué hace un coach emocional?
El coaching emocional se divide en una serie de pasos que involucran al coach y al coachee. El coach tiene la tarea de guiar a su cliente para alcanzar los objetivos marcados al inicio del recorrido. Aquí también podemos hablar de coaching de rendimiento.
Por tanto, entra en contacto con su cliente y comienza la fase de conocimiento. Es fundamental que se establezca un clima de confianza mutua y cooperación entre ambas figuras, para que todo transcurra de forma lineal.
Generalmente comenzamos con un cuestionario de autoevaluación, útil para identificar el nivel básico de la persona. A partir de ahí se establecen los objetivos que el coachee pretende alcanzar. El enfoque del coaching es muy concreto y, en consecuencia, las intenciones también tienen la característica de ser alcanzables con los recursos de que dispone la persona.
Durante las sesiones de coaching individuales o grupales, se analizan los resultados del cuestionario. A partir de los datos que surgen, el coach se pone a trabajar en los impedimentos que se interponen entre el coachee y sus objetivos.
¿Cuál es la carrera adecuada para mí? ¿Cómo puedo crear un clima de colaboración entre mis empleados? ¿Por qué no puedo hablar en público?
Estas son sólo algunas de las preguntas que hay que hacerle a un coach emocional. Sin embargo, puedes confiar en un profesional emocional para encontrar el equilibrio emocional y afrontar el mundo exterior e interior con mayor determinación.
¿Para qué es?
Aunque muchas personas no lo saben, todo el mundo tiene cinco habilidades principales:
conciencia;
dominio de las emociones;
motivación;
empatía;
habilidad social.
En el equilibrio de tu vida estas son ciertamente cualidades importantes. Pero la pregunta es: ¿sabes cómo utilizarlos de forma rentable?
Quienes son conscientes de sus emociones pueden concentrarse y orientarse hacia sus objetivos. La conciencia conduce también al dominio de la propia sensibilidad y a tener una visión menos distorsionada o subjetiva de la realidad.
Conocer los motivos que te empujan a hacer cosas o tienden hacia un objetivo concreto es muy útil para llevarte a perseguirlo con mayor fuerza. La motivación, de hecho, permite alcanzar resultados positivos en diferentes niveles, que se sienten en los distintos ámbitos en los que está inmersa la persona.
El contacto emocional y la empatía son las claves para interactuar con los demás. Otros con quienes debes construir una relación positiva para lograr resultados en el trabajo y mejorar tus interacciones sociales.
Poseer estas habilidades y no hacer uso de ellas es un verdadero desperdicio. Así como, en la mayoría de los casos, te impide evolucionar como persona y como profesional.
¿Qué hacer entonces?
El coaching emocional es tu herramienta para tomar conciencia de tus cualidades y aprender a explotarlas en tu beneficio.
¿Para quién es útil el coaching emocional?
Cualquiera que se encuentre en una situación incierta, especialmente estresante o emocionalmente onerosa debería recurrir a un coach emocional. De hecho, las preguntas no resueltas, las dudas y las frustraciones acumuladas sólo pueden dañar el desarrollo positivo y pacífico de la persona. Y todo ello repercute en el entorno que lo rodea: hogar, trabajo, ambiente escolar, deporte.
Por tanto, desde los directivos de empresas hasta quienes realizan actividades deportivas, todos podrían beneficiarse de un camino de coaching emocional.
Te pongo algunos ejemplos de las ventajas del coaching emocional.
Recurrir a un coach emocional podría resultar útil para quienes ocupan puestos directivos en una empresa. De hecho, un programa de coaching corporativo dirigido a gestionar las emociones podría reducir la ansiedad, enseñar a las personas a gestionar el estrés y proporcionar herramientas para resolver conflictos de forma positiva.
Sin embargo, la incapacidad de contener la ira aumenta las tensiones dentro de los equipos de trabajo. En este caso un coach emocional puede orientar positivamente hacia una gestión más válida de las relaciones con los demás.
En el contexto de las ventas, nuevamente, es necesario crear un sentimiento con el cliente, tratando de comprender y anticipar sus objeciones, identificar sus necesidades y respetar sus requisitos. Gracias al coaching podrás desarrollar una mayor empatía hacia los demás y mejorar tu forma de comportarte.
Entrena tus emociones para desarrollar tus habilidades
Uno de los significados de la palabra coach es coach y refleja a la perfección la actividad que realiza el coach emocional: entrenar emociones.
Como te expliqué, no todo el mundo es capaz de dominar sus propios sentimientos y, muchas veces, lo que podría ser un recurso se convierte en un impedimento.
La pasión, utilizada incorrectamente o en medio de un impulso, puede llevar a que se tomen decisiones malas o apresuradas. Además de la ira, la mala consejera por excelencia.
A través de un viaje de coaching emocional podrás trabajar y desarrollar más tus actitudes personales, aprendiendo a dominarlas a tu favor.
Un coach emocional te ayudará a ser consciente de tus emociones para gestionarlas mejor incluso en el contexto profesional.
Con una mayor conciencia, te sentirás más seguro de tus recursos y podrás ser más proactivo en el trabajo.
Aprendiendo a regular tus emociones podrás abrir y cerrar el flujo, evaluando cada situación de manera más concreta.
La motivación debe convertirse en un jardín que cuidar cada día. El avance de tu vida emocional y práctica depende de esta cualidad.
Entrenándote en empatía y habilidades sociales podrás tener relaciones de calidad y profundizar los contactos con los demás. Es evidente que el contacto positivo mejora la consideración que los demás tienen de usted y de su reputación.
¿Te das cuenta de cuál es tu potencial sin explotar? ¿No es hora de sacarlo?
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