¿Qué es el miedo al fracaso?
Todos cometemos errores, pero a menudo nos resulta difícil aceptar el fracaso. Algunas personas tienen tanto miedo a la idea del fracaso que manifiestan un fuerte malestar, caracterizado por una marcada rumia de pensamientos negativos, intensa preocupación y dificultad para tomar decisiones debido al escenario catastrófico que la persona imagina.
El miedo es una de las emociones humanas básicas y sentirlo es completamente normal. Sin embargo, cuando el miedo alcanza niveles elevados, puede llevar a experimentar emociones intensas (por ejemplo, ansiedad fuerte) y comportamientos disfuncionales (como evitar la exposición).
El miedo al fracaso lleva a las personas a evitar los riesgos y en consecuencia a no descubrir los límites de sus capacidades, sino que sólo quieren hacer el mínimo necesario para obtener un nivel suficiente de bienestar y luego protegerlo. Pueden existir varias causas subyacentes al miedo al fracaso, como por ejemplo la falta de confianza en las propias capacidades.
Este miedo aparentemente nos mantiene seguros en nuestra zona de confort, llevándonos a no tomar riesgos, pero no nos permite probar nuevas experiencias, enfrentar nuevos retos y por tanto adquirir nueva información.
¿Cómo superar el miedo al fracaso?
Lo primero importante a tener en cuenta para superar el miedo al fracaso es tomar conciencia de un concepto sencillo pero importante: en la vida, la derrota y el fracaso nos llegan a todos, tarde o temprano. A este primer punto de partida se añaden algunos consejos prácticos. Aquí te propongo cinco:
Analizar lo sucedido. Para aprender de los errores, primero hay que analizar lo ocurrido lo más objetivamente posible. Culparnos o justificarnos no son buenas estrategias, porque nos hacen perder de vista la objetividad del acontecimiento. Hay que ser autocrítico y analizar qué elementos no funcionaron y qué posibilidades tengo para modificarlos. Este tipo de reflexiones te ayudarán a encontrar la solución.
Acepta tus errores. Las personas exitosas son aquellas que son capaces de aceptar sus errores como necesarios para alcanzar el éxito. Por eso es esencial no culparse a uno mismo, centrándose en lo que salió mal, sino ver el error como una oportunidad de aprendizaje. Pensemos en Thomas Edison, que realizó más de mil intentos antes de inventar la bombilla. Durante una conferencia un periodista le preguntó provocativamente: “¿Qué se siente al fracasar mil veces al intentar fabricar una bombilla?” La respuesta de Edison fue: “No he fracasado mil veces al intentar fabricar una bombilla; Simplemente encontré novecientas noventa y nueve maneras de cómo no debería hacerse».
Cambia tu punto de vista. Con demasiada frecuencia tendemos a asociar el fracaso con nosotros mismos, sintiéndonos como si fuéramos los únicos que no podemos lograr algo. En este sentido, es importante compararnos con otras personas para tomar conciencia y comprender que probablemente ese tipo de situación o sensación no solo nos pertenece a nosotros, sino que todos las hemos experimentado y esto nos ayuda a poner en contexto lo que hemos vivido. bajo una luz diferente, una luz en la que ya no estamos solos.
Sea consistente. Las personas a menudo tienden a abandonar un objetivo inmediatamente cuando fracasan o cuando se les cierran puertas en la cara. Preguntémonos cuánto nos importa lo que queremos: si el objetivo corresponde a un fuerte deseo, entonces será imposible renunciar a él. Pensemos en Walt Disney: lo despidieron de su puesto en el periódico Kansas City Star porque le faltaba creatividad y no tenía buenas ideas, y sus primeras caricaturas, protagonizadas por Mickey Mouse, fueron duramente rechazadas.
Convierte el miedo en acción. El miedo al fracaso a menudo nos impide emprender cualquier acción. En este sentido, además de no haber actuado, muchas veces nos sentimos culpables. Para superar este bloqueo es importante definir cuál es la preocupación que nos asusta. Muy a menudo, de hecho, no llevamos a cabo nuestras intenciones, pensando que podría suceder algo malo, pero ni siquiera nosotros tenemos claro qué es. Detengámonos y pensemos en la peor situación que podría pasar si decides tomar acción y hacer todo mal. Veamos y pensemos en lo que podría suceder de manera realista. Pensar en lo peor te ayudará a poner en perspectiva el alcance real de tus miedos, a ser objetivo y a afrontarlos mejor.