10 frases típicas de personas pasivo-agresivas
¿Alguna vez has conocido a alguien que un día parece amigable y de repente parece haberse vuelto hosco y hostil al día siguiente? ¿O tal vez conoces a alguien que te hace elogios ambiguos o que te responde con frases mordaces y sarcásticas y luego se esconde detrás de un increíble «estoy bromeando»? ¿O tal vez tienes un amigo o familiar que tiene la costumbre de estar de acuerdo verbalmente con lo que le pides que haga, sólo para luego posponer las cosas, sabotear indirectamente lo acordado o pretender olvidarlo?
…¿o tal vez tú mismo te reconoces en alguno de estos comportamientos?
Bueno, debes saber que si respondiste afirmativamente a alguna de estas preguntas, es muy probable que estés interactuando con personas pasivo-agresivas o que estés teniendo un comportamiento pasivo-agresivo hacia alguien.
En el libro “La sonrisa enojada: la psicología de las conductas pasivo-agresivas en familias, escuelas y lugares de trabajo”, la agresión pasiva se define como una forma deliberada y disfrazada de expresar sentimientos ocultos de ira (Long, Long & Whitson, 2008). Se trata de una amplia gama de conductas mediante las cuales el sujeto intenta hacer pagar a otra persona sin que esta se dé cuenta del enfado subyacente.
En este artículo vemos 10 frases que suelen utilizar las personas pasivo-agresivas. Conocerlos (y aprender a reconocerlos) será extremadamente útil para identificar cuándo la hostilidad pasiva está dirigida contra usted y gestionar mejor la relación con las personas pasivo-agresivas que encontrará en su camino.
1. «No estoy enojado»
El comportamiento pasivo-agresivo es una forma que utiliza una persona para expresar sentimientos negativos, malestar o enojo sin confrontar directamente la fuente de su malestar. Una de las frases más típicas en este contexto está representada por la negativa a admitir el enfado: «No estoy enfadado». Esta afirmación representa un ejemplo clásico de cómo una persona pasivo-agresiva gestiona su mundo emocional.
En lugar de abordar abiertamente emociones como la ira, la frustración o la decepción, las personas pasivo-agresivas tienden a enmascararlas detrás de una fachada de aparente calma o indiferencia. Decirle a tu interlocutor “no estoy enojado” es una forma de evitar un conflicto directo sin tener que responsabilizarte de tus emociones.
Negar que estás enojado no es sólo una forma de ocultar tus verdaderos sentimientos; en realidad, se convierte en una táctica para manipular la situación o la persona con la que estás interactuando.
2. “Bien. Bueno.»
En las personas pasivo-agresivas, la agresión pasiva está motivada por la creencia de que expresar la ira directamente sólo conduce a empeorar el bienestar (Long, Long y Whitson, 2008).
En consecuencia, en el contexto de una discusión o conflicto, en lugar de abordar el problema de forma constructiva, la persona pasivo-agresiva se refugia en una actitud de aparente aceptación o indiferencia, utilizando frases como «Ok» o «Bien» para cortar rápidamente la comunicación emocional expresando su enojo indirectamente.
Estas expresiones, aunque puedan parecer frases de aceptación, en realidad están cargadas de significados tácitos que muchas veces transmiten resentimiento, desaprobación o resignación.
3. “Estaré allí pronto…”
Las personas pasivo-agresivas, verbalmente, siempre están dispuestas a cumplir con las peticiones que se les hacen, para luego, a través de su comportamiento, retrasar la realización de la acción. Este retraso no es accidental ni se debe a un olvido, sino que es un medio de expresión de resistencia.
4. “No entendí lo que querías decir ahora…”
Una característica peculiar de las personas pasivo-agresivas es la procrastinación, es decir, la capacidad de posponer las cosas. Si bien todos tendemos a posponer las cosas de vez en cuando, las personas con rasgos de personalidad pasivo-agresivos utilizan la procrastinación como una forma de frustrar a los demás o librarse de ciertas tareas incómodas sin tener que negarse rotundamente.
La frase “No sabía lo que querías decir ahora” resume perfectamente esta actitud. En este contexto, la persona pasivo-agresiva entendió que requería una acción inmediata, pero intencionalmente opta por interpretar la solicitud de manera ambigua para justificar su demora. De esta forma, crea frustración en el interlocutor sin responsabilizarse de una negativa directa.
5. «Pensé que sabías…»
El “delito pasivo-agresivo perfecto” es la omisión.
Las personas pasivo-agresivas pueden optar por no compartir información crucial, a pesar de saber que compartirla podría evitar ciertos problemas o malentendidos. Esta (no) actuación puede estar motivada por sentimientos reprimidos de ira o resentimiento hacia otra persona.
6. “¡Siempre quieres que todo sea perfecto!”
Cuando la procrastinación no es una opción, las personas pasivo-agresivas adoptan una estrategia alternativa sofisticada: completar la tarea requerida a tiempo, pero de manera superficial e inexacta.
En estas situaciones, las personas pasivo-agresivas cumplen con la solicitud, pero de una manera deliberadamente ineficaz. Cuando se les confronta por la forma en que realizaron la tarea, en lugar de admitir su elección intencionada, defienden su trabajo acusando al otro de tener estándares demasiado rígidos y de ser excesivamente perfeccionista.
Este comportamiento refleja una forma de rebelión silenciosa, una forma de expresar insatisfacción o enojo sin tener que declararlo abiertamente.
7. “¡Por supuesto! ¡Estaré muy feliz de poder ayudarte!
Las personas pasivo-agresivas pueden adoptar métodos de comunicación especialmente amables y serviciales, que en realidad ocultan cierta hostilidad hacia su interlocutor o hacia las peticiones que les hacen. Este tipo de comportamiento puede crear un ambiente extremadamente confuso y negativo para la persona que lo enfrenta.
8. “Respondiste muy bien… ¡para tu nivel sociocultural!”
El elogio ambiguo es una forma sutil de comunicación que se presenta como una afirmación positiva, pero que en realidad esconde una crítica velada o una observación mordaz, por lo que suele ser utilizado por personas pasivo-agresivas para insultar o criticar al otro.
La naturaleza ambigua de estos comentarios los hace socialmente aceptables pero, al mismo tiempo, permite que quienes los dicen expresen desprecio o desaprobación de manera encubierta.
9. «Solo estaba bromeando…»
Al igual que los cumplidos ambiguos, el sarcasmo es una herramienta que suelen utilizar las personas pasivo-agresivas. Esta modalidad les permite expresar la agresión en voz alta, pero de forma socialmente aceptable e indirecta.
Este tipo de comportamiento puede resultar particularmente confuso y frustrante para quienes lo reciben, ya que es difícil distinguir entre una verdadera intención de broma y una agresión velada.
10. «¿Por qué estás siempre tan nervioso?»
Las personas pasivo-agresivas son muy buenas para mantener la calma y fingir sorpresa cuando otros explotan de ira porque están incitados por su continua hostilidad indirecta. De hecho, los sujetos con estos rasgos de personalidad experimentan gratificación cuando consiguen hacer perder el control a la otra persona, para luego adoptar una expresión de perplejidad y pedir explicaciones ante tan «exagerada reacción de ira».